DIA 7: DESDE RUSIA CON AMOR

ORSHA – SMOLENSK – MOSCU: 450 KMS.
(14 de julio del 2010)





Pasar de una frontera bielorrusa a una rusa a priori iba a ser una pesadilla administrativa pero las circunstancias hicieron que no perdiéramos ni un minuto (ni bajar de la moto), pero que nuestra situación administrativa se convirtiera en algo irregular ya que no hay ningún trámite fronterizo entre ellas pues consideran a Bielorrusia como si fuera la propia Rusia. Por ello, y a pesar de solicitarlo insistentemente, nadie nos quiso sellar el pasaporte para demostrar la salida de Bielorrusia dentro del tiempo del visado, ni para demostrar la entrada en Rusia lo cual nos tuvo un par de días acongojados por ver qué pasaría en Moscú cuando intentásemos registrar el visado.

Pasamos por Smolensk (donde desgraciadamente hace poco cayó el avión presidencial polaco con nefasto resultado), y aprovechamos para cambiar moneda.
Catedral de la Asunción.


Las murallas del Kremlin.

Estatua de Lenin (otra) en la plaza principal.

Detalle de Vladimir.

Una de las torres de la muralla.

Y tras comer en el centro de Smolensk nos dirigimos ya con destino a Moscú, el centro del mundo soviético durante tantos y tantos años de guerra fría.
La carretera iba cobrando kilómetros y más kilómetros sin pena ni gloria durante todo el día, intentando esquivar los radares de la policía de carretera siempre dispuesta a hacerse un sobresueldo.
Y al final del día... Moscú, todo un OBJETIVO con mayúsculas pues bien pensado pocos moteros de los nuestros recuerdo que hayan estado en Moscú, siendo algo más habitual atreverse con San Petersburgo que por su proximidad a Tallin (Estonia), y a Helsinki (Finlandia), la verdad es que es la menos rusa de las ciudades rusas y en verano pasear por Nevski Prospeck es encontrarse a hordas de turistas de toda procedencia como a mí me pasó hace un año.
Moscú es otra cosa, es el corazón de la Rusia europea, y sin duda las innumerables historias para no dormir relativas a la Mafia Rusa, al robo de todo tipo y en general a la violencia con los extranjeros, hacen a menudo replantearse a los moteros el llegar a éste destino. No os voy a decir que esas historias no te mantengan todo el día algo coartado, pero lo cierto es que ser ya mi segunda visita a Moscú me permitió, al menos, dominar en parte el terreno.

Arco de triunfo de corte clásico.

Entrada al Moscú central a través del puente Borodinsky.

Pasamos por delante del Ministerio de Asuntos Exteriores, uno de los “7 Cojones de Stalin” (edificios soviéticos mastodónticos repartidos por toda la ciudad).

Y llegamos hasta el mismo Kremlin.

Y a la Plaza Roja por la puerta del Museo de Historia.

En el centro de Moscú.


De golpe cerraron el tráfico totalmente sin problema ninguno y unas cubas de limpieza limpiaron ésta plaza al lado del Kremlin.

Stop (que lo sepas...).

La cuestión es que ya casi de noche y con el temple necesario conseguimos encontrar el hostal que ya conocía, y con algo de pelusa dejamos las motos durmiendo en la calle esperando que por la mañana siguieran estando ahí…


1 comentario:

Marta K dijo...

Que linda experiencia y agradezco por por compartirla. Pero en cada relato me quedo con ganas de saber un poco mas.