DIA 44: TOKYO AL FIN... SI QUE ESTABA LEJOS, ¡ONDIA!

KYOTO - NAGOYA - FUJI – TOKYO:  600 KMS.
(20 de agosto del 2010)






Intentamos no levantarnos demasiado tarde a pesar de no haber dormido nada el día anterior y necesitar cargar nuestras propias baterías, pero arrastrábamos todavía un día de retraso sobre las previsiones y lo seguro era que el avión no iba a esperarnos.

En el extraño parking mecánico donde estaban las motos seguía sin haber vigilante ni nadie a quien preguntar, y las instrucciones en japonés como que no, pero el estrecho pasillo peatonal nos sirvió para sacarlas de allí aunque sin pasar por caja. La próxima vez que vuelva ya si eso pasamos cuentas...

Antes de marchar de Gión pasamos ahora de día por las casas de las Geishas pero por la mañana no se adivina el ajetreo, las lucecitas y el ambientillo que había aquí la noche anterior.


Pasamos por Suzuka, justo al lado del desvío del famoso circuito de motos de la marca Suzuki.





Esto es Nagoya y Carles en el tráfico, por la izquierda of course...





El Monte Fuji estaba a tiro de piedra y Tokyo un poquito más allá, muy mal tendrían que ir las cosas para que se nos escapara el objetivo. ¿Pues querrás creer que tras más de 17.000 kilómetros por todo tipo de terrenos peligrosos éstos últimos son los que hicimos con más congoja?


Llegamos finalmente al Océano Pacífico. ¡Hurra!




Saco del vídeo éste momento de júbilo y jolgorio merecido.


Cerca de allí estaba la ciudad de Fuji a las faldas del mítico volcán inactivo del Monte Fuji, del que desgraciadamente no se veía un carajo entre la calima que había abajo y las nubes y la niebla de arriba. Es lo más normal en primavera y en verano, pero no deja de ser una lástima. No obstante decidimos comprobar que efectivamente existe y empezamos a subirlo por un puerto de montaña muy divertido, sobre todo al ser la primera vez que negocio un puerto por la izquierda y se me hizo raro...





Subiendo a tanta altura de nuevo la abuela Teneré lo paso un poquito mal pero al final se comporto y a su ritmo llegó arriba como una campeona.


Ambos ya en el 5º stage a 2.400 metros, lo más arriba que puede llegar una moto. A partir de aquí son 6 horas de ascensión a pie hacia arriba el que quiera llegar a la cima...


Luego el descenso del Monte Fuji fue igual o más divertido...




A pesar de las claras advertencias bajando la Yamaha de Carles se quedó sin freno trasero y tuvo que tomar más precauciones, pero no tardó en recuperarse y ya no dio más problemas. Por parte de mi pelirroja y después de dar el coñazo la primera mitad del viaje, al menos hay que reconocer que desde la última reparación en Siberia había ido como un reloj.


Seguimos dirección Tokyo y ya nada hubiera podido pararnos. Miento, los que sí nos paraban a cada rato eran los curiosos semáforos que creo que ni al marchar del país sabíamos exactamente cómo funcionaban.


Y por fin, ya anochecido, y con una emoción creo que muy comprensible tras 44 días de pelea contra los elementos... ¡¡¡¡¡ LLEGAMOS A TOKYO !!!!!



Fue un momentazo ir entrando con nuestras dos motos hasta el mismo centro. Aquí ante la Torre de Tokyo iluminada (una réplica de la Torre Eiffel de París, aunque ésta (333 metros) es más alta, de hecho es la torre de metal más alta del mundo).





Sin demasiados problemas conseguimos llegar al hostal reservado meses antes y justo el día previsto (con una diferencia de sólo algo más de medio día sobre los planes iniciales), y además conseguimos aparcar en la misma puerta. ¡Genial!

Lo primero que hicimos fue quitarnos la ropa de motero por fin tras 44 días de cabalgada intercontinental y mandarla al fondo del petate pues ya no la necesitábamos para nada. EL OBJETIVO ESTABA CUMPLIDO: CATALUNYA-TOKYO. Ni más, ni menos...

Tras una cena ligera de supermercado, creo que esa noche dormimos ambos a pierna suelta. Las motos durmieron a escasos 5 metros de nosotros, en la puerta del hostal.





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