DIA 35: AL AGUA PATOS

ZARUBINO - SOKCHO: (585 KMS DE FERRY).
(11 de agosto del 2010)











Nos despertamos en el camping familiar.




El encargado incluso nos regaló dos camisetas publicitarias.




El ferry a tiro de piedra. Habíamos atravesado Rusia y Mongolia de cabo a rabo para conseguir llegar a él en un sólo mes que era el visado que teníamos. 




Pero todavía había tiempo de poner gasolina y de hacer las compras de comida para el ferry con los últimos rublos. Las motos quisieron hacerse una foto en el mar del Este, ni más ni menos.




Y luego ya nos fuimos al puerto donde, gracias a nuestra previsión en Vladivostok, una mujer que hablaba inglés nos ayudaría a hacer todos los trámites, siempre tediosos.


A punto de embarcar las motos (luego tuvimos que volver nosotros a tierra a pasar el control de pasaportes).




Tuvimos un buen susto al pasar la frontera de salida de Rusia cuando, a poco para salir el ferry y con las motos ya cargadas en él, vi que los policías hacían salir a Carles de la ventanilla y se lo llevaron a una habitación. Pasé un rato muy angustioso viendo que no salía de allí, que yo ya estaba en la antesala de la pasarela con la aduana pasada y sin posibilidad de volver atrás, y que faltaba poco para salir el barco. ¿Y si no salía de allí a tiempo, entonces qué, dejar las motos solas irse en el barco, o dejar a Carles en el cuarto oscuro? Jajaja. Por suerte no fueron demasiado rigurosos y cinco minutos antes de la hora prevista de partida dejaron salir a Carles de Rusia a pesar de un error mecanográfico en el visado del pasaporte... Estos rusos nos tuvieron en vilo hasta el final...


Ya en el ferry la espera fue pesada y encima luego el barco salió con retraso.
Otro susto, ahora de los coreanos. Vino un encargado a cogernos los datos de las motos y dijo que creía que no las íbamos a poder conducir por Corea. ¡Cagoentó! Pues entérate bien muchacho que me fastidias el plan de dos años... Al final dijo que sí podríamos, pero con un seguro. ¡No te jode, eso ya lo sabíamos, pero el susto que nos has dado no nos lo quita nadie!

Más tarde, ver ponerse el sol en el mar del Este fue un regalo a nuestros esfuerzos que empezaban a dar sus frutos....






Hora de cenar en la litera.




Luego, ya en alta mar el barco se movía bastante y Carles no pasó demasiada buena noche mientras yo extrañamente la pasé sin problemas supongo que debido a que llevaba dos días medicándome para la gripe que me tenía todavía agarrado por las pelotas....



No hay comentarios: