DIA 49: LA GRAN MURALLA CHINA

BEIJING – BADALING – BEIJING: Unos 160 kilómetros en Micro-Bus.
(25 de agosto del 2010)





A las 8 de la mañana el tío efectivamente apareció con la furgoneta y aunque tardamos casi una hora en recoger a otros clientes (italianos) al final nos pusimos en marcha hacia Badaling.


Pero aunque el precio de 12 euros se mantenía el secreto estaba en que nos iban a hacer como a los abuelos del Inserso y nos iban a pasear por diversas “distracciones” o ganchos comerciales, como ésta fábrica de Jade.


Más tarde efectivamente, y por mi parte con la emoción contenida de años esperando éste momento, llegamos a la Gran Muralla China (Chang Cheng, o Gran Fortaleza). Las fotos hablan por si solas...

Del siglo V a.c. al XVI se construyó la titánica muralla para defender la frontera Norte de los ataques de los nómadas de Mongolia y Manchuria.

La pendiente de subida es realmente empinada. El grupo se partió y cada cual fue subiendo a su ritmo.


Fue declarada Patrimonio de la Humanidad y una de las 7 Maravillas del Mundo Moderno.

Se suceden varias torres de vigilancia.

En tramos como éste cuesta imaginar cómo los jinetes del Ejército Imperial cabalgaban a lo largo de toda la muralla, pues incluso avanzando a pie tirando de los caballos no debía de ser nada fácil.

Un cuartel. En la dinastía Ming llegó a haber un millón de soldados custodiándola.

Justo en ésta torre se acaba el tramo de Badaling. Llegar aquí arriba exige un buen esfuerzo.

Tirando hacia abajo se puede coger otro ramal.



La altura media de la muralla es de 6 a 7 metros, y la anchura de 4 a 5 metros.






10 Millones de trabajadores  murieron en la construcción de la Gran Muralla y hay quien cree que muchos de ellos puedan formar parte de la misma, siendo en tal caso el cementerio más grande del mundo.

¿Lo saben aquel que son 22.000 chinos jugando al fútbol en una cabina...? jajaja.




Estatua de terracota como la de los famosos Guerreros de Xian.




Aprovecho éstas imágenes para una reflexión. A veces alguien me pregunta si no me da miedo viajar a menudo solo por países lejanos, conviviendo con gente desconocida, extraña, tal vez incluso peligrosa. Comprendo que en una determinada educación occidental y bombardeados por los noticiarios que nos muestran siempre la cara violenta de cada sociedad, pueda haber gente con ciertos prejuicios para con las personas de otras razas o procedencias Pero en definitiva lo que nos da miedo es lo desconocido, pues no hay mejor cura para esos prejuicios que empezar a viajar y conocer otras culturas. Yo mismo casi siempre he encontrado amabilidad, comprensión y ayuda en todos mis viajes, y el paso por Rusia o Mongolia en ésta crónica así lo demuestra una vez más. 

Decía Sting en aquella extraordinaria canción "Russians" (publicada en tiempos todavía de guerra fría entre Reagan y Kruschev) "What might save us, me and you, is if the Russians love their children too" (lo que nos puede salvar, a mi y a ti, es que los rusos amen también a sus hijos". Sustituyamos a los rusos, enemigo natural de esa época, por otras culturas más cuestionadas hoy día como por ejemplo algunos países árabes como Irán que tuve la gran fortuna de conocer y disfrutar y veremos, tal y como muestran por ejemplo estas fotos, que en todas partes del mundo la gente quiere a sus hijos y desea lo mejor para ellos, debiendo de ser ello suficiente para poder superar cualquier otro tipo de desencuentro cultural. ¡Ah! Y ésto vale para todos aquellos que son diferentes a nosotros pero que viven ahora en nuestra propia casa. Juzguémosles por sus actos y critiquemos sin dudar aquello que sea criticable (aunque a veces no resulte políticamente correcto), pero no los condenemos solo por cómo son o de dónde vienen, porque lo que es seguro es que ellos también aman a sus hijos como nosotros.  






















Al verlas poner firmas con los dedos enseguida supimos que estas simpáticas eran coreanas y no chinas.






Saliendo de la muralla el Eco-Tour nos llevó a comer, muy bien por cierto. Y por la tarde ya volvimos a Beijín. Allí nos llevaron a un centro de masaje deportivo en las instalaciones olímpicas donde nos obsequiaron con un masaje gratis (ideal para recuperarse después de la subida a la muralla), mientras nos intentaban convencer de las maravillas de un ungüento milagroso.

Curioso el edificio con la forma de la llama olímpica.

Siguiendo con el tour turístico del “Inserso” nos llevaron a una fábrica de seda, donde nos explicaron todo el proceso de su creación. Aquí sacando el hilo del capullo (literalmente).

Aquí estirando la seda.

Lo próximo fue llevarnos a una Casa de elaboración y venta de Té, donde nos hicieron una degustación gratuita. A cada sitio que el Tour lleva turistas cobran a tanto el guiri de las empresas, pues si no, queda claro que el viaje de todo el día en la furgoneta con el chófer y la guía, la entrada a la muralla, y la comida, por ejemplo, ni de coña salen por los 12 euros.

A la salud de los inquietos de espíritu que no pueden evitar soñar cuando tienen un mapa en las manos.

Y ya la última parada del Tour era el Estadio Olímpico de Beijin’08. Aquí el grupo, con la guía Li incluida (desde luego ahorrando letras en los nombres los chinos no tienen igual...), en el famoso estadio de atletismo “Nido de Pájaro”.



Y aquí el no menos famoso “Cubo” de la competición de natación, donde Michael Phelps (“el Tiburón de Baltimore”) pulverizó los registros con sus 8 medallas de oro.



Los dos “pájaros” ante el nido, el Estadio Nacional de Beijin.



Como diría Shin Shan: “culito, culito...”







Para finalizar, la furgoneta nos dejó en la Plaza de Tian’anmen, que ahora ya estaba abierta al público.
Unos soldados desfilaban ante el Monumento a los Héroes del Pueblo. En su base consta una frase de Mao: “Gloria eterna a los héroes del pueblo”.

La Casa del Pueblo es la sede de la Asamblea Popular cuyos miembros siempre vemos en las noticias aplaudiendo acríticamente a sus dirigentes.

El Mausoleo de Mao Zedong donde está embalsamado (contrariando su voluntad en realidad). Haber estado ante Mao en Beijín y ante Lenin en Moscú en el mismo viaje es haber ido realmente muy lejos...

Monumento a la Larga Marcha del Ejército Rojo Popular que llevó a Mao al poder.

Monumento al pueblo, con campesinos, estudiantes, obreros, etc.

Estando aquí es imposible no recordar la masacre de civiles durante la revuelta estudiantil de 1989 que provocó la condena internacional, y las imágenes de aquél estudiante deteniendo él sólo a una columna de tanques en la avenida.


Banderas rojas.

El Museo Nacional. Durante mucho tiempo el marcador electrónico mostraba la cuenta atrás para la inauguración de las Olimpiadas, ahora contaba los días que faltaban para la Exposición Universal de Shanghái.

Detalle de la fachada con la estrella comunista de 5 puntas. Tal y como empezamos en Bielorrusia, acabamos ahora en China.

Habíamos llegado al final de nuestra aventura y más de un año de planes habían cristalizado por fin.

Ya anocheciendo nos dimos otra vez la caminata hasta el Mercado de la Seda donde volvimos a comprar algunas cosas que habían quedado pendientes, y luego nos dejamos llevar por las animadas calles de Beijing disfrutando de los últimos momentos del viaje.
Neones en la Calle Wangfujing.


Al final de la jornada Carles y yo nos despedimos fraternalmente tras 49 días juntos pues nuestros caminos de regreso se separaban. Carles al mediodía siguiente tenía un larguísimo vuelo a Londres donde había quedado con parte de su familia para hacer algo de turismo, volar luego ya hasta Barcelona y volver por fin a su casa de Vilanova y la Geltrú.
Yo por mi parte me levanté muy temprano, aún de madrugada, me marqué una sesión de Tai-Chi mañanero en un parque para despedirme de Beijing hasta la próxima y me dirigí al aeropuerto para convertir mi regreso en una nueva aventura en solitario por el Sureste Asiático, que me llevaría a casa pero poco a poco y con escalas, tras pasar en sendos vuelos por Taipéi (Taiwán), Manila (Filipinas), Hong Kong (China), Singapur City (Singapur), Yakarta (Indonesia), Kuala Lumpur (Malasia), Bangkok (Tailandia), El Cairo y Alejandría (Egipto), y por fin Barcelona para llegar a mi casa de Manresa tras hacer el crápula, aventurero o inconsciente (cada cual que escoja el que le apetezca) por medio mundo. Si alguien tiene curiosidad o interés, aquí colgué en su día algunas fotos y comentarios de ésta vuelta rocambolesca:
http://atce.mforos.com/1145629/9457067-la-vuelta-del-ultradesafio/






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