DIA 29: LA AMUR HIGHWAY... ¿QUIEN DIJO MIEDO HABIENDO HOSPITALES?

CHITA - AMUR HIGHWAY:  632 KMS.
(5 de agosto del 2010)





Por la mañana Carles tuvo que hacer su primera pequeña reparación en los soportes de la maleta y sacó por primera vez sus herramientas, de tal forma que incluso inmortalizamos el momento.


Anduvimos un rato buscando un banco para cambiar rublos y luego una vueltecita por Chita.

La Catedral de Kazanskaya.


Y nos pusimos luego en marcha hacia la “Amur Highway”.


Poco después ya nos dimos cuenta de que la Amur Highway es kafkiana: hay tramos acabados casi del todo, perfectamente asfaltados y señalizados, hay otros tramos a medio hacer, sólo con algo de asfalto y hay otros que simplemente son pistas, algunas de ellas de las más machaconas llenas no ya de grava, sino de pedruscos de tamaño considerable, casi peor que en Mongolia a veces. Suerte que llevábamos todavía los tacos puestos, aunque ya estaban en las últimas.



Nos pasamos todo el día así, un rato perfectamente, un rato con cuidado, y un rato de pistas. Las motos seguían perdiendo tornillos y a cada parada había que atar algo con bridas y alambres. Pero nos movíamos y el embrague parecía ya definitivamente reparado.

Carles seguía atando cosas con las herramientas.



A ratos, las piedras eran de un tamaño considerable y molesto.


La carretera, al ser de nuevo cuño, pasa deliberadamente lejos de los pueblos y en todo el día casi no veías nada habitable.


La moto ahora ya funcionaba como un reloj.


Empezamos a darnos cuenta de que las gasolineras eran escasas, y todavía gracias de encontrar gasolina de 92 octanos. Algunas motos más delicadas no la hubieran tolerado muy bien pero nosotros llevábamos dos gladiadoras.



El paisaje era definitivamente monótono y solo había árboles de vez en cuando a los lados. Hacía un fresco considerable también.



El pañuelo mongol ondeando al viento.


¿Quién no ha soñado con viajar así?




Nos encontramos a unos portugueses del Moto Club de Oporto que habían enviado las motos en el tren Transiberiano hasta Vladivostok y empezaban su viaje, camino de regreso.



Con ellos iba un ruso loco de Vladivostok que también iniciaba su viaje hacia Europa.


La Teneré de Carles consumía más que la KTM y al no tener ya su bidón de 10 litros que le regalamos al checo/polaco en Ulan Bataar, teníamos que calcular muy bien los consumos entre gasolineras, pues había a veces más de 200 kilómetros entre ellas, y si no habías parado en la última podías tener que hacer los 400 kilómetros sin repostar. En esta ocasión la pelirroja pudo devolver favores pasados y ayudar con mucho gusto a la abuela con mi bidón de 5 litros adicional.



Al final del día encontrar un sitio para pasar la noche es muy complicado pues al estar la carretera en construcción no hay hoteles, ni tiendas, restaurantes, servicios, ni nada, sólo muy de vez en cuando alguna gasolinera, y muy muy ocasionalmente algún sitio para comer algo.

Por ello fue una suerte encontrar en el mismo sitio gasolina y una cabaña donde pasar la noche ya que un momento antes estuvimos a punto de acampar por las bravas. Las motos durmieron delante de la cabaña.


No hay comentarios: