DIA 25: LA TORNILLO-BUSQUEDA

ULAN BATAAR - ULAN BATAAR:  Unos 40 kms. en taxi.
(1 de agosto del 2010)

Empezó el día clave en Ulan Bataar, de lo que pasara o no pasara hoy dependía el futuro de este viaje.  A pesar de los lógicos nervios y tensión la verdad es que tener un plan B para seguir de viaje por China sin las motos, y también estar el día previsto en el sitio previsto hasta ahora, nos daba una serenidad difícilmente previsible un día y medio antes justo cuando nos quedamos tirados.

Meses atrás habíamos reservado camas en el Hostal Mr. Gómez por necesidades de los visados ruso y mongol y porque en la publicidad decían hablar español y pensamos que eso nos podría ayudar si había problemas. Fue todo un acierto. Primero porque gracias a tener una dirección de empresa (las de personas privadas no valían), los amigos del África Twin Club pudieron enviarme el paquete, lo que no podré nunca agradecerles suficientemente. Y segundo porque habíamos coincidido allí con varios viajeros españoles con los que compartir charla, refresco y aventuras. Uno de ellos es Antonio Cheka de Málaga, que habla todos los idiomas que puedes necesitar para ir por el mundo, pero todos, todos, y a fe que los utiliza porque ha estado en todas partes. Éste es su blog, muy interesante y humano, prácticamente periodístico.: http://www.viajes-alternativos.com/ulan-bator-ninos-rata/.

El otro es Isaac Sierra de Zaragoza, uno de esos ciclistas infrahumanos que en algunos países se tiran 180 kms. al día con su bici y su carrito. Éste es su blog, imprescindible para aficionados al cicloturismo.
 http://carreterayllanta.blogspot.com/2010_08_01_archive.html

Isaac (foto Isaac)

Y el tercer motivo del acierto fue Tuya, la amabilísima recepcionista o encargada del hotel que, siendo mongola, habla español muy decentemente (trabajó para unos empresarios colombianos) y que se mostró dispuesta a ayudar mucho más allá de su deber como ahora contaré.

Ésta es Tuya (foto Isaac)

El plan del día: reemplazar como fuera estos dos tornillos buscando bajo las piedras, comprando, llorando, robando o prostituyéndome si era preciso (jajaja).

Salimos de mañana con Carles, Tuya e Isaac en un taxi hacia el mercado negro de Ulan Bataar a buscar la pieza y a ver si le habían reparado la llanta que dejó ayer a Isaac y que había destrozado por las pistas mongolas.

Al llegar, la llanta estaba por hacer y iba para rato, pero al final se solucionó.

Nosotros fuimos donde los recambios de moto. Nada. Fuimos donde las ferreterías. Nada. Fuimos donde los recambios de coches (desguaces organizados y desmenuzados). Nada. Sólo encontramos algunos tornillos de rácord de un agujero, más cortos, y ninguno de la medida pequeña. Tuya se desvivió y preguntó en absolutamente todos lados con una paciencia infinita, a pesar de que a veces los tenderos pasaban de ella.

Nuri me había encontrado un teléfono para llamar de un empresario que organiza tours turísticos por el Gobi, al parecer con KTM. Le llamamos (mediante Tuya) y con el taxi fuimos para la dirección que nos dio. El elegante empresario que hablaba inglés resultó que conocía justamente a varios manresanos y dijo que nos iba a ayudar. Nos mandó a una dirección lejana en los arrabales de Ulan Battar donde encontramos un taller con varias motos, entre ellas KTM. De allí nos mandaron a otro sitio con más motos y luego de vuelta al sitio anterior. Pero los tornillos no salían por ningún lado (!). No obstante, le dieron a nuestro taxista la dirección de un tornero que nos aseguraron que nos haría los tornillos. Ya veríamos... Entre desilusionados y esperanzados fuimos a dicho tornero a encargarlos. Tras invitar a Tuya y el taxista a comer, y tras un rato más de espera al tener que repetirlos por haber hecho los agujeros donde no tocaban, al final efectivamente nos fabricó dos tornillos de cada.

Los tornillos quedaron bastante logrados para hacer el apaño aunque el diámetro interior era diferente y también el de los agujeros y si no funcionaban bien la moto iba a gripar el motor.... ¡Pero teníamos una oportunidad para seguir el viaje!  Más de 7 horas con una intérprete y un taxista habían valido la pena. 

Los dos tornillos reparados y la cara de estupidez incrédula que me quedó....

Aquí uno de los tornillos originales roto, soldado con oro y vuelto a romper y sus dos réplicas “made in mongolia“ del tornero local:

Fuimos directos al hostal y sin más tardanza los montamos cruzando los dedos a medida que apretábamos (porque aparte de romper el tornillo luego hay que sacar el resto de la rosca rota como se pueda por si lo habíais olvidado...). Todo parecía funcionar correctamente. ¡¡Eureka!!, ¡Estoy entusias-ma-do!! (léase con la gracia que le daba Tejure, el carpintero de Flak, en la serie de culto Vicky el Vikingo).

Con un alivio comprensible, tras una ducha nos fuimos al centro a hacer unas compras y a cenar con Antonio e Isaac, e incluso encontramos a unos paisanos de Vilafranca del Penedés que habían disfrutado una ruta en bici unos, o que la empezaban otros.

Ya en el Hostal, una foto de recuerdo de “Aventureros S.A.”

Con la moto en teoría reparada de los tornillos (las piezas nuevas del embrague no las había puesto todavía ya que acababa de cambiar la junta cuando cascaron los tornillos), la decisión era fácil y se la debíamos a todos los amigos del ATCE (África Twin Club España) que nos habían mandado el paquete con toda su ilusión: ¡¡SEGUÍAMOS ADELANTE!! ¿Quién demonios querría ir de mochilero a pie si puedes ir sobre tu moto? Jajaja.

Tiraríamos hasta la frontera rusa y si la moto antes no se gripaba cabría deducir que los tornillos funcionaban y repartían bien el aceite. La ruta iba a seguir, era el 25º día y habíamos llegado a la mitad del viaje, así que íbamos a intentar cumplir la otra mitad.

Para pasar la noche esta vez Tuya (mi ángel de la guarda) nos consiguió las llaves de un contenedor del patio que se usaba de garaje, donde durmieron las motos más seguras y la pobre mujer que sufría por ellas también pudo descansar mejor.