DIA 18: ALTAI AGRIDULCE.

BARNAUL - AKTASH:   602 KMS.
(25 de julio del 2010)





Salimos de Barnaul, con sus rascacielos y sus Barbis con tacones imposibles, y fuimos subiendo hacia la cordillera del Altai.



El problema es que era domingo y estaba lleno de rusos que iban a pasar el día a la misma zona, muy turística y dada a los deportes de aventura, rafting, etc.


¿Habéis visto nunca un yak? Pues aquí tenéis uno.



Llegado un punto los domingueros ya desaparecieron y quedamos nosotros dos, la carretera, un paisaje precioso, y la emoción de acercarnos cada vez más a Mongolia.


Esperando el autobús.



Ni idea, pero parece peligroso...





Pero como la felicidad hay que disfrutarla siempre a cachitos porque si no empacha, en un momento me di cuenta que el embrague iba perdiendo fuerza y así se lo dije a Carles en una parada.
Aquí fue.  La incertidumbre y casi el miedo se puede ver en nuestras miradas... jajaja.

Poco más allá el embrague volvió a morir. ¡¡Arggggggg!! ¡¡Mecagoentodoloquesemenea!! Claro que, gracias a que aquí hacía menos calor, ya le había hecho 1.400 kms. más desde la última reparación que no es moco de pavo (y aquí en España me hubiera dado para parar en todos los concesionarios del país), pero estamos donde Cristo perdió la alpargata y sin mecánicos ni herramientas para una buena faena.
La cuestión es que sin detener la moto hablamos en marcha y decidimos ir tirando ya que no había tráfico y así entre pitos y flautas me casque 100 kilómetros de carreteras de montaña sin embrague, incluyendo esquivar innombrables animalillos de diversa índole y varias pistas sin asfaltar debido a las obras, ¡ah!, y con algo de lluvia por si faltaba algún ingrediente emocionante... Si me lo dicen antes hubiera jurado que no lo conseguiría pero está claro que la persistencia es un arma poderosa.
Llegados a un punto, faltando 30 kilómetros para Aktash, y como yo no podía parar, le dije a Carles que se adelantara para ver si encontraba un hotel, y al rato estaba circulando yo sólo con la moto averiada por el culo del mundo... y pensando un poco me di cuenta de que hay que estar loco porque estas cosas si te pagan no las haces... jajaja.
En definitiva que cuando llegué a Aktash Carles había encontrado un hotelito muy apañado y pude parar por fin la moto. Además, ya a punto de llover en serio, conseguimos ponerla bajo un cubierto en construcción para poder meterla mano como estaba pidiendo a gritos.

Tras ocupar la habitación bajé sólo para echarla un vistazo pero yo no podía ir a dormir con la incertidumbre de si sabría o no repararla, o sea que saqué las herramientas y me puse manos a la obra. Sorprendentemente 20 minutos después ya tenía el bombín en la mano y efectivamente la junta tórica había muerto y tenía el doble de diámetro del que le tocaba casi.
Cambié la junta y sangré un poco aunque no demasiado bien.
Aquí va la secuencia en plan cutre-briconsejo por si a alguien le pudiera ayudar en el futuro:
a-  Ponerse la linterna en la cabeza y olvidando la mugre acumulada aflojar la tuerca, sacar el tensor de cadena, desplazar el eje de la rueda y echar ésta hacia adelante para que la cadena nos de juego.

b-  Sacar la tapa de plástico del piñón de salida, aflojar el guardamonte de acero, como se pueda enderezar la arandela prisionera y aflojar la tuerca (difícil con las herramientas de dotación) y sacar el piñón de salida aprovechando el juego de la cadena.

c- Aflojar y sacar el tornillo rácord del líquido hidráulico, aflojar los tornillos del bombín y sacarlo si es que los latiguillos nos dejan (ésta vez sí pero en las siguientes ya prefería desmontar los latiguillos porque se les fuerza mucho luego para montar), y sacar con cuidado de no romperla la junta de cartón que habrá que reaprovechar. Limpiar la zona.

Materiales diversos. Esperemos no perder nada...

Sacar con maña el cilindro del bombín, con mucho cuidado de no perder el muelle (la primera vez, en casa del "profesional" Alexander, le salió disparado unos tres metros y lo encontré más tarde de pura casualidad...).

Ésta es la muy puñetera junta tórica. Llegué a soñar con ella...

Una vez sacada, éste es el diferencial entre las juntas nueva y vieja, a la que se aprecia perfectamente deformada por el calor.

Montar la nueva junta tórica, el muelle, el cilindro en el bombín, poner la junta de cartón, montar el bombín con sus tornillos, atornillar el tornillo rácord y ya podemos poner líquido en el depósito y empezar a sangrar el sistema tras inventar un tubo de evacuación.

Después montar de nuevo todo el resto. Si hubiéramos sacado los rácords y latiguillos del aceite, volverlos a atornillar y añadir algo del aceite perdido. Y al final cruzar los dedos si es que podemos entre la mugre, el líquido hidráulico, la grasa, el aceite y la sangre de las heridas que nos hemos infligido al intentar hacer esta reparación con las pequeñas herramientas de emergencia...

Luego subí hasta la habitación donde Carles ya dormía hacía rato, y me fui a la cama contento de que el embrague volvía en parte a la vida y sobretodo de haber sabido hacerlo yo sólo y con las herramientas que llevo encima.
Mi moto durmió ahí mismo, y la de Carles a unos pocos metros de distancia en la puerta del hotel.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, Cuco. Soy Miguel650. Según un conocido que habla ruso, lo que pone en ese cartel "peligroso" es:
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Conductor!

Cuidado

Niños!
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Salut