DIA 19: MONGOLIA, ¡QUE PASADA!

AKTASH - OLGII: 265 KMS.
(26 de julio del 2010)





Por la mañana el embrague seguía operativo (tal vez a un 70 por ciento) y decidimos ir hacia Mongolia a lo que fuera. Ya no habría vuelta atrás, moriríamos si era preciso, pero con las botas puestas.... 

Un aura fantasmagórica nos esperaba.


El valle se fue haciendo interesante.


Es una zona en que Rusia limita con Kazajstán, con China y con Mongolia, y el paisaje es una mezcla. Al fondo las montañas nevadas de China.



Allá que vamos.




No sé yo si encontraríamos un concesionario en esta aldea bucólica... jajaja



Llegamos a Kosh-Aktash y cargamos a tope la gasolina rusa a falta de saber lo que nos esperaba en Mongolia.






Y por fin... Tashanta, donde está la frontera con Mongolia. Ésta frontera cierra desde el viernes al mediodía hasta el lunes por la mañana. Nuestro plan oficial era entrar el lunes, pero si no hubiéramos tenido problemas con la moto tal vez hubiéramos podido llegar el mismo viernes gracias a nuestra constancia a lo largo de toda Rusia...


El Monolito entre los dos estados.


Los trámites aduaneros fueron sorprendentemente bien en la salida rusa y de golpe se acabó el asfalto y recorrimos unos 8 kilómetros de pista absolutamente embarrada (¡ande conio nos hemos metido Carles!) Fue como un saludo a la mongola....

Luego los trámites Mongoles fueron bastante bien y con mucha emoción conseguimos entrar en Mongolia, y al poco rato ya teníamos las motos rodeadas de críos simpáticos.


Al lado de la frontera hay un chiringuito donde poder sacarse el seguro para la moto.

Y con los trámites cumplimentados... toda Mongolia para nosotros, ¡agárrate los machos!






Había llovido los días anteriores y los ríos bajaban caudalosos.





A la altura de los lagos las pistas fueron ganando barro, pero nada iba a impedir que disfrutáramos del momento.


Empezamos dubitativos porque el peso de las motos las hacía difíciles de gobernar en barro, grava y arena. Aquí se ven los bandazos que dábamos en algunos lodazales.


Pero al final de la jornada, cuando dejamos atrás los barrizales de los lagos y subimos más, empezamos a disfrutar los dos de las pistas más pedregosas, aunque también se vio enseguida que a la Yamaha de Carles no le gustaban las alturas y empezó a pasarlo mal para subir las pendientes por la falta de oxígeno. La KTM en cambio estaba a sus anchas por fin.


En uno de los puertos de montaña encontramos a una madre y a un hijo que subían andando. Al rato aparece el padre en una moto.  Se suben todos y se van para abajo en amor y compaña. Se ve que la moto no tenía suficiente fuerza para subir las cuestas cargada.


Al fin llegamos a Olgii y encontramos un hotel muy decente e incluso nos dio tiempo de hacer las compras y conectarnos.
Plaza de Olgui y Monumento al Águila, un icono de éstas tierras.


Plaza Principal de Olgui.


Las motos durmieron a la puerta del hotel, tras despertar una cierta expectación.



1 comentario:

Unknown dijo...

Cómo hacía con el jetlag?
se sentía el adelanto de horario en la medida q se movía al este? me ha intrigado esto
y q aventura, déjame felicitarte; he leído hace poco tu viaje por América y e ha dado lástima leerlo tan tarde, siendo q has pasado por mi país, Nicaragua
muchos saludos