ULTRADESAFIO 2010 - LA CUCO-CRONICA



(todas las fotografías del blog son ampliables clicando sobre ellas)

PREFASCIO:

Dos locos, dos motos y un destino: Japón... ¡y no veas lo lejos que estaba!
Así podría resumirse ésta aventura intercontinental que me dispongo a plasmar en el presente blog. En él iré intercalando los mensajes que casi día a día a modo de diario de viaje fui publicando durante  el mismo en la web África Twin Club España, con comentarios redactados ahora a posteriori en especial sobre los distintos detalles e historias de interés de las ciudades visitadas.  Intentaré no reiterar en demasía algunos aspectos psicológicos o de preparación de viajes que ya fueron tratados en mi anterior Blog: Cucodesafio’08 al cual me remito (http://cucodesafio08.blogspot.com/), pues ésta crónica de casi 50 días ya de por sí volverá a ser más que larga. Justamente por ello, aconsejo a quien llegue hasta aquí por curiosidad que se lea sólo la parte del viaje que le pueda ser de interés, puesto que intentar abarcar todo lo que aquí publico ha de ser por fuerza indigesto, y sin duda causa de adquirir una profunda animadversión hacia mi falta de piedad con el sufrido lector. De todas maneras, para aquellos que se sientan con valor (que siempre algún inconsciente hay) imploraría cuanto menos consumirlo en varias sentadas, si es que no quieren sentir en su trasero el mismo escozor por mí sufrido en muchas de esas jornadas, tras horas y horas sobre el sillín de la moto surcando tierras extrañas.

DEDICATORIA:

Ésta crónica va dedicada a la memoria de las incontables víctimas de los recientes Terremotos y Tsunami en Japón, así como también en recuerdo de aquellas que se produjeron en los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, personalizados en Sadako Sasaki, la niña de las 1.000 grullas que pedía a los dioses la paz y la curación para todos los niños del mundo.

PROLOGO DEL VIAJE PUBLICADO ANTES DE LA SALIDA:

Hubo un tiempo en que el Mundo no era global y los mapas se trazaban a medida que las tierras eran descubiertas y conquistadas. Y visto desde ésta península occidental del continente europeo, llegamos apenas a imaginar la extensión de los imperios intercontinentales que nos incluyeron, y entre ellos el vasto Imperio Romano, o mucho más tarde el Islámico. Pero incluso desplazándonos hacia el Este en otros grandes imperios como el Griego de Alejandro Magno,  el Persa de Jerjes,  el Bizantino de Justiniano o el Huno de Atila, sus límites orientales no abarcaron nunca el Lejano Oriente.
Existió no obstante ya en Asia un gran imperio que conquistó desde Europa Oriental hasta el Océano Pacífico, desde Siberia hasta Mesopotamia, India y la Indochina que fue conocido como el Imperio Mongol del Gran Ghengis Kan y sus descendientes. Y no obstante la inmensidad y riqueza innegable que abarcaban sus dominios y que incluían la totalidad de la llamada Ruta de la Seda, cuando el viajero veneciano  Marco Polo por fin llegó a presencia de Kublai Kan no pudo por menos que escuchar asombrado las leyendas mongolas sobre las enormes e incomparables riquezas en oro de una tierra al Este, más allá del mar, justo allí donde nace el sol, en la tierra de CIPANGO.
Por dos veces intentaron los mongoles invadir aquellas tierras y por dos veces fueron derrotados inexplicablemente vista la desmesura de las fuerzas. La segunda de las derrotas, por ejemplo, lo fue por el tifón “Viento Divino” (Kamikaze) que arrasó la flota mongola de Kublai Kan, lo cual fue interpretado como una señal para todos de que aquella tierra de CIPANGO había sido escogida por los dioses que cuidarían de su seguridad y supervivencia.
Otro gran viajero posterior, el propio Cristóbal Colón, emprendió ruta hacia Asia en busca de las riquezas no sólo de las Indias y de Catay (China) sino sobre todo del oro de Cipango, la isla de los tesoros, con el libro de Marco Polo que así la nombraba como libro de cabecera en su equipaje. Mucho antes no obstante de llegar a Asia el enorme continente Americano se cruzó en su camino…
Sabemos pues que ni el Gran Kan mongol, ni el infatigable Marco Polo, y mucho menos el osado Cristóbal Colón, no llegaron nunca a vislumbrar CIPANGO y sólo supieron de oídas de su belleza sin igual y sus incontables riquezas.
Conscientes de todo ello y llegados pues a éste punto, nuestra modesta expedición tiene no obstante el ambicioso propósito de llegar más allá de los límites del Imperio Romano, y del Bizantino, y del Huno, y del Griego, y del Persa. Más allá también de  las huellas de Marco Polo, y por fin más allá incluso de las fronteras del Imperio Mongol del Gran Kan para, arribados al Mar del Este, atravesarlo también y llegar hasta CIPANGO, lo que hoy conocemos como Japón, el país del sol naciente y encontrarnos finalmente con las costas asiáticas del Océano Pacífico al que nunca llegaron las propias naves de Cristóbal Colón.
El dato es escalofriante pues en toda la historia de la Humanidad nadie ha sido capaz de abarcar la totalidad de las tierras por las que pretendemos viajar y ello tiene una consecuencia inmediata en la diversidad de culturas, de lenguas, de costumbres, de maneras de vivir o de pensar absolutamente variadas y a veces diametralmente opuestas que nos esperan a lo largo de la apasionante ruta transcontinental. Más allá de la helenización o la romanización homogeneizadoras los pueblos que encontraremos a nuestro paso habrán forjado su carácter de otra forma a partir probablemente de su relación con la tierra y el medio que los rodea. Hablarán diferente, comerán diferente, y se comportarán diferentemente, de tal modo que en ocasiones ni siquiera lograremos entender el porqué, pero serán sin duda iguales a nosotros cuanto a sus inquietudes o miedos y cuanto a sus deseos e ilusiones.
Procuraremos superar la férrea burocracia bielorrusa; adaptarnos a la especial idiosincrasia de los rusos; no perecer en los más de mil quilómetros de pistas de arena y barro en la soledad de las estepas mongolas, seguir atravesando Rusia incluso más allá de la tan temida Siberia hasta la antaño prohibida Vladivostok, sede de la flota rusa; sorprendernos del exotismo coreano y al final disfrutar merecidamente de la belleza y la tranquilidad Zen en el Japón.
Intentaremos observarlo todo con los ojos abiertos y curiosos de un niño,  absorber hasta la última gota de las experiencias que el camino nos depare, y ser fieles en suma al espíritu de aventura que nos motiva. Y si al fin los astros son propicios y la ruta nos lleva a buen puerto, procuraremos transmitir los conocimientos que el propio camino nos haya revelado.  Más si así no fuere y no estuviera escrito en nuestro destino el lograrlo, tened por seguro que habrá valido sin duda la pena el intento.

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Pues sí amigos, ya estoy liado de nuevo...
Con mi compañero Carles vamos a ver hasta dónde aguantan las fuerzas y la mecánica y así pretendemos ir tirando hasta que se acabe la tierra si es preciso.
Objetivos de la aventura:
Uno sólo de ellos ya se estima como gratificante si bien la ilusión es poder ir acometiéndolos uno por uno hasta donde las circunstancias lo permitan.
Primero:
Tras conquistar la impenetrable Bielorrusia, no morir ante la burocracia rusa y llegar hasta Moscú y sobre todo luego salir de allí todavía con posesión de la moto…. Nivel de dificultad estimado: 6
Segundo:
Tras patearse buena parte de Rusia, conseguir atravesar Mongolia por pistas hasta Ulan Bataar con la moto todavía en funcionamiento. Nivel de dificultad estimado: 8
Tercero:
Tras cruzar Siberia hasta el fin de Rusia en Vladivostok, conseguir subir al ferry de Corea del Sur todavía dentro del mes del visado ruso. Nivel de dificultad estimado: (variable de 8 a imposible dependiendo del tiempo perdido en los objetivos 1 a 3)
Cuarto:
Tras descubrir Corea del Sur y Japón (si es que la burocracia nos deja entrar…), conseguir llegar a Tokyo a tiempo de embalar las motos para el transporte y de coger el avión de regreso en el día señalado.  Nivel de dificultad estimado: 6
Quinto:
Conseguir que los pilotos enlacen diversos vuelos de regreso llegando a casa y que al cabo de algún mes las motos regresen también sin novedad. Nivel de dificultad: 4
Si conseguimos sobrevivir a los nervios de última hora saldremos el jueves tempranito...
Intentaremos teneros informados en la medida de lo posible.
Un abrazo.
Cuco.
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AGRADECIMIENTOS: 


Una vez más hay que agradecer a aquellos sin los cuales ésta aventura no hubiera sido posible, y los primeros de nuevo por mérito propio han de ser Nuri y los niños por su comprensión y paciencia, especialmente ella por cuidar de la cueva y de la prole cuando me marcho “a dar una vuelta”. 
Y habiendo sido éste un viaje de dos sin duda hay que agradecer a mi joven pero sobradamente preparado compañero Carles (alias "Carlitosville") el haber ejercido de tal en todo momento, desde los difíciles comienzos en la preparación del viaje y la toma de decisiones a ciegas, hasta la ayuda prestada durante todo el viaje sin excepción, incluyendo momentos duros y estresantes en los que incluso grandes veteranos hubieran tenido más de una duda y en los cuales he de agradecer que confiara siempre en mi experiencia hasta cuando era casi un acto de fe.
Repite también en éste apartado el binomio “PNEUMATICS GUZMAN” (http://www.manresaportal.com/guzman/) y “NEUMATICOS METZELER” (http://www.metzelermoto.es/web/default.page) que una vez más no dudaron en esponsorizar mis dos juegos de neumáticos Metzeler Sahara Enduro 3 y Metzeler Karoo 2 (T), los cuales se mostraron perfectos para la tarea que habían de desempeñar. Los tacos traseros, por ejemplo, aguantaron toda Mongolia y parte de Rusia Oriental y los delanteros incluso al final del viaje seguían plenamente operativos. Los Sahara Enduro 3 en su línea, siendo el neumático más trail de la historia en mi opinión pues aguantarán todo el asfalto posible perfectamente y cuando éste se acaba tendrán un excelente comportamiento off road.



Capítulo aparte y resaltado en el apartado de agradecimientos merece el Club de amigos moteros al que pertenezco ya hace muchos años, el África Twin Club España, por sus ánimos constantes y por haber echado una mano, todos a una, cuando las cosas se pusieron negras. Con una sola llamada desde Siberia al hermano Grego se puso en marcha una maquinaria solidaria impresionante que acabo haciendo una colecta, comprando unos recambios, y enviándome un paquete hasta la mismísima capital de Mongolia, Ulan Bataar. Con los amigos del alma uno ya cuenta pues sabe de su generosidad pero con los que ni siquiera me conocen personalmente, ya es para fliparlo...


Así pues,  !! MUCHAS GRACIAS a todos, todos, todos ¡¡


PREPARATIVOS:

A - LAS MOTOS:

Desechando a su entonces compañera de garaje, la BMW 1200 GSAdventure que me acompañó en el Cucodesafío’08 a Persia, ésta vez escogí expresamente para el viaje una KTM 640 Adventure 2005, una excelente viajera con todo lo que se puede necesitar para una aventura así. Desafortunadamente el desgaste de una pieza tan simple como una pequeña junta tórica del bombín de embrague hizo imprescindible primero reparar in situ varias veces y más tarde reemplazar la pieza entera gracias a un envío salvador que salió desde España.  Tanta reparación con las pobres herramientas que podía llevar a cuestas provocó la rotura también finalmente de dos tornillos rácord del aceite que hubo que reemplazar en Mongolia como se pudo. Son averías que aquí en Occidente no te hacen perder más de una mañana pues la reparación es sencilla y económica, pero cuando estás en plena Siberia o Mongolia las consecuencias se multiplican inevitablemente.



Dejando esto aparte, los 25 litros de su tanque de gasolina más 5 adicionales en un depósito aparte, el carenado mejorado con una cúpula adicional de mi exHonda Varadero que andaba por casa, su iluminación suficiente mejorada con dos luces auxiliares, sus capacidades off road gracias a las mejores suspensiones del mercado y un consumo de 4,7 litros a menos de 5.000 rpm, hacen de ésta moto (si las averías te respetan) una gran viajera a velocidades conservadoras (100 kms./h) por países con infraestructuras deficitarias (para atravesar Mongolia, por ejemplo, hay que hacer unos 1.300 kms. de pistas, algunas muy arenosas al atravesar el Desierto del Gobi).



Llevar los neumáticos de recambio (tacos/trail) con nosotros facilitó mucho la fluidez y la confianza en nuestra autosuficiencia, pero el peso que acarrean junto al resto de equipaje (en especial las herramientas y recambios) provocaban un sobrepeso que no obstante las motos supieron aguantar hasta el final sin problemas de rotura de chasis ni de soportes de maletas. Las barras de protección del depósito/motor fueron también importantes para colgar bolsas y utensilios y para evitar una rotura segura del depósito cuando fui engullido espectacularmente por una gran alcantarilla sin tapar en las calles de Ulan Bataar…

Por su parte, Carles  también desestimó el viaje con su Honda Varadero y se buscó una Yamaha XT 660 Z Ténéré de 18 años de antigüedad que una vez puesta al día demostró ser un gran acierto y aguantó todo el viaje sin grandes problemas, pues poco tuvo aparte de un consumo relativamente elevado de aceite que en realidad facilitaba no tener ya que cambiarlo al estar constantemente renovado, algunos problemillas de motor de arranque que siempre pudieron ser solucionados, y unos desajustes de carburación en altura, que no obstante nunca la detuvieron. Vamos que la moto aguantó como una abuela campeona, mejor que la fashion KTM que, como se ha dicho, sí que necesitó de reparaciones profesionales y recambios específicos. La Yamaha, al ser una moto más trail y pesada que la endurera KTM acarreó sin problemas las maletas laterales (yo llevaba alforjas) y su asiento era sin duda mucho más confortable que el mío.  Dicen que una imagen vale más que 1.000 palabras, pues aquí debería poner la foto de las inquilinas ya actuales de mi garaje unos meses después del viaje: una Yamaha WR 450 F y una Yamaha XT 1200 Z Superténéré, creo que con eso está dicho lo impresionado que quedé con la fiabilidad y robustez de la abuela nipona, una máquina de otra época, de cuando se hacían las motos para durar y aguantar lo que se les echara.




B- "BURROCRACIA"  Y PREPARATIVOS DE TRANSPORTE:

Un viaje como el presente está muy condicionado a los visados y a los transportes durante y después de la ruta. Baste decir que la idea inicial del viaje incluía el paso por Kazajstán pero que tuvimos que renunciar a él debido a la dificultad del visado ruso.

Éste visado ruso es la clave de todo. Habíamos previsto siempre solicitar un visado múltiple de negocios de 6 o 3 meses que te permite entrar y salir de Rusia las veces que haga falta, pero al empezar los trámites 3 meses antes de salir la agencia nos asegura que la nueva Cónsul de Barcelona no nos va a dar visado múltiple y que el de dos entradas y un solo mes ya va a ser muy complicado. Lo malo es que no lo sabrás hasta el último momento. Tuvimos pues que coger ésta opción para asegurar el tiro pero implicaba no entrar en Kazajstán por un lado y atravesar sí o sí Rusia y Mongolia en un máximo de un mes… Al final, pocos días antes de partir, el visado se consiguió así, de un mes y dos entradas, pero no sin emoción ya que se tuvieron que trasladar los expedientes a la embajada de Madrid. Es probable que pagando mucho más dinero y obteniendo determinadas invitaciones por internet se hubiera conseguido el visado múltiple pero la verdad es que tampoco teníamos mucho más tiempo para destinarle al viaje de manera que confiamos en nuestras capacidades y preferimos jugárnosla nosotros en la pista que no arriesgar el viaje en los despachos del Consulado sin poder hacer nada ni poder reaccionar si nos era denegado.

El visado bielorruso fue de tránsito (3 días) en la embajada de París (por correo), el Mongol de un mes y una entrada en el Consulado de Barcelona, y el Chino (para el final del viaje en Pekín, ya sin las motos), lo hicimos de dos entradas por si había problemas y teníamos que mandar las motos a casa en Mongolia por ejemplo y seguíamos de mochileros hacia China. Para Corea del Sur y Japón no hace falta visado a los ciudadanos españoles.


Por otro lado para entrar la moto en Japón es necesario hacerse el Carnet de Passage en el RACE del cual ya di detalles en el Cucodesafío’08 al que me vuelvo a remitir por economía a quien tenga interés en el trámite.


El transporte personal fue sencillo y consistió en comprar por internet varios meses antes los vuelos de avión Tokyo-Pekín, donde nos separaríamos y Carles volvería a Barcelona vía Londres mientras que yo me cogí un tour de vuelta por el Sureste Asiático (Taiwán / Filipinas / Hong Kong / Singapur / Indonesia / Malasia / Tailandia / Egipto / Barcelona). Comprar los vuelos antes de hacer el viaje era una apuesta arriesgada puesto que la anticipación te permitía la vuelta a un precio contenido y te evitaba la incertidumbre de tener que buscar en pleno viaje, pero te obligaba a perder la inversión si la aventura acababa antes de tiempo o no se llegaba al lugar indicado en el momento oportuno. Va en el carácter de cada cual, nosotros preferimos arriesgarnos y confiar en nuestras posibilidades y salió bien.

El transporte de las motos ha sido de lo más complicado del viaje. La vuelta desde Japón nosotros preferimos tenerla atada ya de antemano de manera que una vez en Tokyo sólo tuviéramos que dejar la moto donde nos dijeran y ya estuviera todo previsto para su transporte en barco hasta Barcelona (un mes y una semana). Lo malo es que la manera de hacer las cosas en Japón es diferente a la nuestra y por problemas de entendimiento idiomático y por exceso de celo y protección al llegar aquí las motos estaban impolutas, sin un rasguño, pero el presupuesto estimativo se había disparado por los costes en origen y no fue hasta tras una negociación bastante dura que conseguimos apañar el precio en un punto intermedio.


Capítulo aparte merecen los dos ferrys que hubo que coger entre Rusia y Corea del Sur y de ésta a Japón luego. Fueron gestiones difíciles, más caras de lo que las páginas web permiten suponer y altamente estresantes por la incerteza de la situación hasta el último momento.  Por ejemplo, con las motos ya ancladas en la bodega del Dong Chun Ferry de Zarubino y yo a punto de subir por la escalerilla, las autoridades rusas de aduanas se llevaron a Carles a un cuartucho por un problema en el visado... y a 5 minutos de la hora de salida  seguía allí dentro sin que yo, que ya había pasado aduana, pudiese preguntar a nadie que demonios pasaba. Por suerte se solucionó con buena voluntad y no tuve que decidir en instantes entre subir al ferry con las motos o quedarme en la terminal con Carles y ver alejarse las motos en el barco…

Por otro lado tuvimos que esperar dos días para coger el ferry de Busán y aún gracias, porque la compañía con la que se había gestionado inicialmente el transporte hasta Shimonoseki cuando llegamos a la oficina a comprar los billetes ya reservados se negó a llevarnos al Japón (¡). Por suerte y tras varias negativas nuestra insistencia consiguió que una segunda compañía accediera casi por pena a llevarnos a Fukuoka, pero hasta la misma tarde de embarcar nadie nos aseguraba el transporte ni nos querían entregar los billetes. Un estrés de no creérselo…



C - DIFICULTADES A PREVEER:

1- GASOLINA: 

De aquí hasta la frontera de Tashanta (Rusia-Mongolia por el Oeste) no hay dificultades en encontrar gasolina bastante decente, ni aceite para el motor. Si necesitáis comprar alguna cosa diferente como líquido hidráulico mineral como fue mi caso en las montañas de los Urales, suele haber mini mercadillos en las cunetas con la mayoría de productos que se necesitan. Si no hay lo que se busca (mi caso) debes preguntar por el “magasin” o “bolshoi magasin”, es decir almacén o gran almacén, y después de uno, otro, y otro, y otro, hasta que encuentres en mi caso líquido hidráulico mineral, aunque fuera para tractores (¡) .

A partir de Mongolia hay gasolineras en cada pueblo grande de la ruta aunque a veces entre gasolineras hay hasta 400 kilómetros y esa autonomía hay que preveerla al preparar el viaje. La calidad de la gasolina va disminuyendo y ya se hace imposible no ya encontrar 98, sino incluso 95, y hay que conformarse con 92 casi siempre y en alguna ocasión aislada con 86. A veces, encontrando un surtidor cerrado en algún pueblucho si se pregunta en las casas acaba saliendo el propietario a abrir el chiringuito y se puede repostar. Mi moto tiene un conector que adelanta el encendido en caso de mal funcionamiento por culpa de la gasolina. He de decir que no tuve que utilizarlo y la moto nunca acusó la mala calidad del carburante.

Capítulo aparte merece la zona de Chita hasta Kabarovsk, la llamada Amur Highway, que es una interminable y monótona carretera en construcción de 3.000 kms. con obras constantes que todavía no tiene los servicios normales (gasolineras, hoteles, restaurantes), de manera que tanto la gasolina (de 92 octanos), como el dormir, como el comer, tienen intervalos también de casi 400 kms., y lo malo es que no hubieras parado en la última gasolinera porque todavía llevabas medio depósito, que luego ya no llegas a la siguiente, cosa que casi sucedió. …



2 - ALOJAMIENTO:

Destacable la dificultad en Bielorrusia y en el Oeste de Rusia de encontrar alojamiento barato dentro de las ciudades. No es que no haya, que sí, se llaman “Gostinitza” los hotelitos, pero lo malo es que 3 de cada 4 te dicen que “Niet”(no) y te mandan a paseo cuando comprueban que no eres “ruski”, para ahorrarse el registro de tu pasaporte y para no hacer ni medio esfuerzo para entenderte. Cuando son las 11 de la noche, andas dando vueltas como una peonza buscando sitio y te rechazan por tercera vez como nos pasó en Minsk, te aseguro que no te hace puñetera gracia…

Fuera de las ciudades los hoteles de carretera no suelen poner problemas y cuanto más nos acercábamos a China y Corea tampoco, porque ya están acostumbrados a los hombres de negocios asiáticos y ahí ya no son tan xenófobos puesto que de ellos les viene en gran parte el sueldo...

Interesante destacar el fenómeno de los “hotelitos del amor” en Corea del Sur, de manera que una habitación doble de lujo, con TV de 42 pulgadas, jacuzzi, ordenador con internet, parking a cubierto y discreto, y hasta preservativos de gratis, viene a salir por unos 13 euros cada uno y no piden ni la documentación ni ponen pega ninguna, aunque, eso sí, el día que buscábamos alojamiento sin vestir de moteros nos tomaban por una parejita “alternativa”, jajaja.

Por otro lado si llevas contigo la tienda de campaña, especialmente en Mongolia, el placer y la sencillez de la acampada también forman parte de una manera de viajar en moto.




3 - COMIDA:

Nada a destacar,  en la mayoría del mundo los ingredientes son parecidos aunque se combinen o cocinen de diferentes formas. La dificultad suele estar en hacer entender lo que uno quiere pedir o en que te cuenten de que está hecha una cosa. Comentar que en Corea es probable que comiéramos perro, pero no lo tenemos claro del todo, y que en un Ger de Mongolia nos obsequiaron con una grasa de no se sabe exactamente que, combinada con un queso rancio y un té blanco de gusto indefinible, parece ser que de leche de yak.

Obviamente más al Este al cabo de unos días de estar en Asia comer con los palillos es lo más normal y lo que cuesta es acostumbrarse luego de nuevo a los cubiertos.



4 - SEGURIDAD:

Nada que decir respecto a Francia, Suiza, Alemania, y ni siquiera de Polonia.
Bielorrusia, la desconocida, es un país todavía bajo una férrea disciplina soviética, en la que una cosa tan simple como pasar el rato tirado en el césped de un parque es imposible, ya se encargan de ello los vigilantes con un peto naranja fosforescente que hay por todas partes. No creo yo que las cuotas de crimen sean nada elevadas allí.

Mongolia no parece tampoco especialmente problemática, en especial fuera de Ulan Bataar que, como todas las grandes ciudades del mundo, tiene gente de todo tipo y de noche todos los gatos son pardos, especialmente los raterillos que tienen una cierta fama. Ello no obstante se da la paradoja de que en un simple pueblo, Hoyd, durante la noche unos desgraciados borrachos nos robaron una bolsa sobredepósito y una bolsa lateral para tunear sus motos chinas supongo. ¡ Malrayolesparta !

Corea y Japón no dan ninguna sensación de inseguridad ni siquiera, por ejemplo, paseando de noche por una insólita calle de prostíbulos que se nutrían en Busán de una mezcla extraña e intercultural de soldados americanos de la “Navy” y marinos mercantes rusos, todos en amor y compaña en brazos de risueñas ninfas orientales.

No obstante sí hay que recordar que Corea del Sur es un país oficialmente en guerra todavía con Corea del Norte, y tal y como están las relaciones entre ellas últimamente no es descabellado que algún día las hostilidades bélicas puedan recomenzar. Pero aparte de una fragata Norcoreana espiando a nuestro ferry hasta entrar en aguas territoriales surcoreanas y de algunas manifestaciones en Seoul, la cosa no pasó de aquí.

He dejado para el final a Rusia por motivos evidentes. Es ya famosa la inseguridad de los extranjeros ante las mafias organizadas, los robos y en general las extorsiones constantes de la Militzia policial. Después de atravesarla de lado a lado yo no puedo aseverar esas afirmaciones. Baste decir que teníamos un presupuesto para multas y sobornos y acabó la aventura virgen. Las motos durmieron en la calle dos días ni más ni menos que en Moscú y prácticamente en todas y cada una del resto de ciudades. Los controles policiales fueron muchos y un par de veces caí en manos de un radar, y en una de ellas tuve hasta que sentarme dentro del coche policial a “negociar”, pero haciéndome el sueco la cosa no fue a más. En bastantes ocasiones los controles paraban a coches de alta gama que acababan de adelantarnos y seguro que con ellos se hacían un buen sobresueldo, pero nosotros, circulando con dos motos pequeñas al tran tran no parecíamos un buen botín; y es que en Rusia el dinero corre a raudales en estos momentos…

D- OTRAS PREPARACIONES:

1 – DINERO:

Como ya viene siendo habitual euros, dólares, y tarjeta de crédito es todo lo que hace falta llevar y los cambios de moneda se hacen sobre la marcha. Recordar una vez más la conveniencia de llevar billetes pequeños para múltiples usos (incluidos sobornos cuando son necesarios). Así, por ejemplo, sorprenderá saber que la autopista bielorrusa se paga con uno o dos dólares americanos directamente (vivir para ver…).




2- EQUIPAJE:

A moto pequeña, equipaje ligero. Esa premisa tan sencilla se va complicando a medida que necesitamos llevar más cosas (aceite, gasolina, filtros de recambio, herramientas, etc.). Ésta vez al menos me queda el consuelo que entre cambios de aceite que he tenido que hacerlos todos yo (3 veces), y las dichosas reparaciones antes comentadas he usado prácticamente todo lo que llevaba y que en otros viajes se había vuelto para casa igual de empaquetado como empezó. Aparte de los neumáticos de repuesto que ya pesan y abultan lo suyo, el material de acampada ocupa una maleta para él sólo y en cambio esta vez fue usado sólo algo más del 10% de los días, en especial en Mongolia, donde el final de la jornada te pillaba en medio de la nada.

La modificación y preparación de la moto, sus cachivaches, contenedores, y bolsas colgando es ya una tradición en mí que se ha cumplido una vez más como se observa en la mayoría de las fotos.




3 – ORIENTACION:

Para todo el viaje en realidad ha bastado un GPS Garmin Zumo 660 para cada moto, pues el trabajo fundamental ha sido de muchos meses confeccionando esa ruta a costa de escudriñar mapas de papel, mapas digitales y comprobando casi curva a curva sobre el Google Earth, de tal forma que en algunas ocasiones reconocía y recordaba perfectamente el terreno que había visto desde el aire sentado tranquilamente en casa. Navegación pura y dura, de la de perderse de verdad, ha sido por suerte poca en éste viaje y ha sucedido en los tramos en que justamente nos habíamos quedado sin ruta que seguir por errores informáticos o por variaciones inesperadas de la ruta (como desembarcar en Fukuoka y no en Shimonoseki, y tener que adivinar las carreteras, autovías o calles japonesas adecuadas para ir de una a otra ciudad sin haberlo previsto).

Por otro lado lo que nunca debe de faltar en el bolsillo de un aventurero es una pequeña brújula, imprescindible para deambular por las grandes ciudades desconocidas. Sin ésta amiga yo estaría todavía dando vueltas por ejemplo por las callejuelas de Bangkok.




4- PREPARACION FISICA:

Es lógico pensar que una adecuada preparación física ayuda a mantener un nivel alto durante el viaje y que cuando uno se encuentra bien la situación mental es también mucho más favorable y preparada para lo que venga. Pero esto que es fácil de decir y queda bonito, en la práctica se une con la imposibilidad de arrancar más horas al reloj puesto que la preparación de los mapas, de los trámites, de la moto, y dejar atados temas del trabajo y familiares, hace que en la realidad de poco tiempo dispongas para dicha preparación física. En mi caso y a la vista que el equipaje iba a suponer un sobreesfuerzo para mi KTM me decidí únicamente por bajar unos 15 kgs. de peso que seguro que la máquina agradeció y que, a la vez, hacen que acostumbrase al cuerpo a comer y necesitar poco, lo cual  en mis ultra-viajes suele ser una gran ayuda. He de decir también que Carles me sorprendió cuando a los pocos días de viaje ya había cogido también el hábito de pasar la mayor parte del día casi en ayunas, lo cual te evita la digestión y la modorra del medio día y te permite ser muy operativo en éstos viajes.

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Las fotos que ilustraran ésta crónica son una mezcla de las de Carles y mías, y aquellas que tienen una menor calidad han sido extraídas del vídeo.


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