DIA 2: LA RUTA SIGUE POR ALEMANIA

FREIBURG – FRANKFURT AM MAIN– KASSEL: 480 KMS
(9 de julio del 2010)





Era un día que habíamos diseñado a posta para dejar que el cuerpo recuperase un poco las formas después de la salida y el madrugón del primer día. Pero sin embargo el culo seguía doliendo a rabiar como me temía. Si ya duele con los sofás que llevan las maxitrails, como no va a doler con el asiento que se gasta una moto casi de enduro. “No hay dolor” pensé para mis adentros (pero en vano en realidad).

Por la mañana visitamos Freiburg que está bastante molón y tiene un centro urbano muy agradable.  

Swaentor (La Puerta de Suavia).





Freibur Munster (Catedral).


Todavía en la Munsterplatz donde está el Markt (mercado).







En las calles de Freiburg, delante de muchas casas, hay placas conmemorativas de los antiguos dueños judíos que fueron despojados de ellas en su día, en éste caso la familia Rossental que fue deportada en 1940 a Auschwitz.



Un tranvía en la Kaiser Joseph Strasse.


Migomismo en la Martinstor (Puerta de San Martín).



Carles turisteando.


Volvimos al hostal a recoger las motos y seguimos ruta.


Sin especial prisa recorrimos las autopistas alemanas sorteando algunos atascos para llegar a Frankfurt y hacer algo de turismo en su centro histórico.

Willy-Brand Platz.


La Eurotower (sede del Banco Central Europeo).


Puente Alstad en la Behmannstrasse.


La Plaza Romerberg  (donde está el Rathaus (Ayuntamiento), y la iglesia de San Nicolás), y donde también aprovechamos para empujarnos unos bratwurts para comer, sin prisa ninguna.


Iglesia (Dreikonishkirche) al otro lado del Río Main (de ahí el nombre Frankfurt am Main, que la diferencia de Frankfurt der Oder (en el río Oder en la frontera con Polonia))


Torre de la Frankfurter Kaiserdom St. Bartholomus (Catedral de San Bartolomé).


Subimos hasta pasear por la peatonal Calle Zeil, la calle más comercial y animada.


Para ser Alemania hacía un calor del copón, aquí a 40 grados, pero llegamos incluso a 42.


Extraña plataforma de patines sin atar.



Al caer la tarde nos dirigimos hasta Kassel donde teníamos un hotel Formule1 en las afueras preparado como punto de descanso. Las motos durmieron en el parking del hotel.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente historia, realmente capta toda mi atencion